Ante las arrolladoras cinsecuencias de la irrupción del COVID uno puede básicamente hacer dos cosas: sentarse y llorar o ponerse a pensar en cómo adaptarse para seguir adelante.
Karen Carvajalino, en su artículo de la revista Forbes, hace una apuesta clara: “La tecnología y las redes sociales son el salvavidas más eficiente que podemos utilizar, no solo para sobrellevar estos momentos de aislamiento, sino para ser competitivos en la nueva normalidad que se viene“.
En todo caso y sin que haya garantías, hay que reinventarse y adaptarse para seguir.