Repensar el Negocio

Cómo crear y mantener una cultura de empresa en las pymes

Cómo crear y mantener una cultura de empresa

Cualquier organización es mucho más que su catálogo, sus personas, sus instalaciones. Es un ecosistema con unas particularidades que la diferencian de las demás. Es un entorno en el que sus colaboradores se sienten bien, integrados en su dinámica, motivados y con un sentido de la pertenencia que les hace ir más allá de sus obligaciones contractuales.

Hablamos de un conjunto de filosofías, metas, maneras, creencias, valores y sentido del propósito. Es un espíritu que impregna toda la actividad y que ayuda a quienes trabajan ahí.

Es lo que se llama “cultura de empresa”.

Y no, no es exclusivo de las grandes empresas. Cualquier pequeño negocio puede -y debe- tener su propia cultura empresarial.

¿Que no tienes? Pues veamos cómo definirla y conservarla.

 

LA IMPORTANCIA DE TENER UNA CULTURA DE EMPRESA EN UN PEQUEÑO NEGOCIO

Una cultura empresarial sólida proporciona una ventaja competitiva que motiva a los empleados e impulsa el crecimiento empresarial. Como propietario de una pequeña empresa, a menudo puede parecer desalentador construir su cultura única desde cero. Sin embargo, empezar poco a poco tiene sus ventajas si sabe cómo aprovecharlas.

Es más, según un estudio realizado por John Kotter  , las empresas que se enfocan en la cultura durante cinco años ven un promedio de aumento de ganancias netas del 85 %.

La cultura de la empresa define cómo quienes trabajan en ella interactúan entre sí, y cómo esas interacciones afectan a los clientes. Una cultura empresarial sólida involucra a los empleados, y los empleados comprometidos son un 22 % más rentables, además de un 21 % más productivos que las empresas con empleados no comprometidos, según una encuesta de Gallup . Las empresas con empleados que se sienten implicados en ellas también tienen una tasa de rotación más baja y una moral de los empleados más alta.

 

CÓMO CREAR LA CULTURA DE MI PEQUEÑA EMPRESA O NEGOCIO

Da igual que hayas empezado ayer con tu actividad profesional. O hace tres años. Siempre estás a tiempo de desarrollar este fundamental elemento intangible que da valor a tu organización.

Veamos unas ideas para tener nuestra propia cultura empresarial.

Define y visualiza cómo quieres que sea tu negocio en el futuro. Ten una idea clara de a dónde quieres llegar. Y no te dejes que la timidez te limite: permite que la imaginación y la ilusión te guíen.

Reflexiona sobre los valores que integrarán esa cultura. Compromisos con quienes trabajan en ella, con sus clientes y proveedores. Con la sociedad. ¿Cuál es el propósito último de tu negocio? ¿Por qué lo creas (eso que se llama el “Why”)?

Predica con el ejemplo. Hay pocas formas tan poderosas para transmitir mensajes como haciendo lo que quieres que los demás hagan.

Que la comunicación sea uno de tus ejes de actuación. Trabaja por la transparencia interna, por evitar que haya silos o personas que obstaculicen el buen fluir de la información.

Tus empleados son tu principal motor y ventaja competitiva. Cuídalos. Escucha sus comentarios. Procura conocer sus circunstancias personales para entender mejor su perspectiva. Trabaja por crear un espíritu de familia, con sus celebraciones y costumbres. Asegúrate de que saben que en cualquier momento pueden hablar contigo. Que sientan que tanto ellos como su esfuerzo son importantes para toda la empresa.

Cuando contrates colaboradores, hazlo pensando en cómo encajan en tu cultura de empresa. Las habilidades se pueden enseñar: las actitudes y los valores no.

Establece unas reglas claras para el funcionamiento diario de tu empresa. Cómo se reparten las responsabilidades, qué procedimientos internos hay, cómo se reparte la información (pensando en la más confidencial), claves para contratar y despedir colaboradores, preferencias de tipo de proveedor, objetivos, sueldos… Sí, es mucho trabajo, y ya te digo yo que valdrá la pena.

Fomenta la innovación interna. Que haya un entorno que invite a todas las personas que trabajen contigo a pensar en soluciones y a identificar nuevas oportunidades de negocio. Porque recuerda, la actividad de I+D es cosa de todos. ¿Por qué no aprovechar el talento conjunto para adaptarte mejor y más rápido al mercado?

Preocúpate del desarrollo de tus colaboradores. Que vean que en tu empresa no solamente tienen un empleo sino mucho más: una experiencia laboral y humana que les ayudará a crecer. Un día se irán: que lo hagan hablando magníficamente bien de tu empresa como un sitio excelente para trabajar. Verás cómo el mejor talento querrá crecer contigo.

Todo esto no pasa de un día a otro. Desarrollar una cultura de empresa propia, por pequeña que sea tu organización, lleva tiempo. Así que te toca ser paciente y trabajar por un intangible que en realidad será una energía propia de tu negocio.

Esa que hará posible pasar los malos tiempos y navegar hacia ese futuro que en su día visualizaste.

Nota: estamos preparando un nuevo curso online para ayudar a la innovación en las pequeñas empresas. ¿Te interesaría? Se llama “Creatividad para el Negocio“.

AUTOR: Alberto Losada Gamst

IMAGEN: por Fauxels en Pexels

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IDEA CLAVE

Sabes bien que es el factor humano el que con mucha frecuencia determina el éxito o el fracaso de una aventura empresarial. Saber rodearte del las personas adecuadas es tan importante como hacer que se sientan en un entorno seguro y familiar.

Una cultura de empresa que fomente ese sentido de la pertenencia se convertirá en la principal fuerza motora de tu negocio.

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