Ante tanta incertidumbre todos buscamos algo de guía. Necesitamos un mínimo de tranquilidad, al menos sabiendo que alguien se está ocupando de llevar el barco.
Lo que pasa es que el esquema tradicional patrón que manda-marineros que obedecen es poco eficiente a la hora de aprovechar todos los recursos de la empresa. Da igual que sea una multinacional que una zapatería llevada por dos hermanas, o un bar regentado por un matrimonio con un camarero extra. O una pequeña cooperativa agraria. El tamaño no es aquí lo realmente importante.
En todos los casos, se trata de organizaciones integradas por personas. Con sus emociones: miedos, esperanzas e ilusiones.
¿Y qué te toca hacer a ti como cabeza de tu negocio? Pues entender ese entorno emocional y gestionarlo adecuadamente. Así que vayan a continuación algunas sugerencias comúnmente aceptadas para liderar una empresa, organización o negocio:
Desarrolla una clara visión de futuro. Visualiza cómo sería la versión futura de tu negocio, con sus detalles y características. Qué productos o servicios comercializaría, a quién vendería, cómo sería la gestión interna, sus canales de comunicación, … todo lo que puedas.
Comparte esa visión con tu equipo. Haz que se identifiquen con ella, que las personas se vean parte de ese futuro. Así conseguirás motivarlas para que aporten sus ideas para complementar las tuyas
Escucha. Con atención, mente abierta y sin criticar. Incentiva que haya un ambiente en el que apetezca pensar y presentar ideas, por sencillas que sean. O de comentar por qué algo no se está haciendo bien o es manifiestamente mejorable. Y contéstalas todas empezando por agradecer que se hayan tomado el tiempo y esfuerzo de desarrollarlas.
Que haya una comunicación interna clara, transparente y fiable. Tener a tu equipo informado de cómo val las cosas mejorará drásticamente su implicación y alineamiento con los objetivos. Conseguirás que se sientan parte del negocio y estarán encantados de hacer esfuerzos extra cuando sea necesario. El negocio en el que trabajáis es el barco de todos.
Favorece un ambiente abierto al cambio y a la presentación de propuestas de mejora y de aprovechamiento de nuevas oportunidades de crecimiento, o de posibles nuevos clientes y mercados. Nada de castigar errores, ni de apropiarse de las ideas de otros. Evolucionar hacia un futuro implica tomar decisiones y algunas no funcionarán. Que no haya miedo a ese fracaso.
Una vez que están claros los roles y responsabilidades de cada uno, deja que trabajen. Nada de estar encima de modo que noten tu aliento en su cuello agobiándoles con tu presencia constante.
Asegúrate de dar a tu equipo las herramientas necesarias. Tanto técnicas como de equipamiento… y de conocimiento. ¿Ves que hace falta alguna formación en habilidades? Pues busca cómo conseguirla para elevar las competencias de tu gente.
Promueve el crecimiento de tu gente. Que no se sientan estancados haciendo lo mismo año tras año, sin aprender nada nuevo que enriquezca su vida profesional. Que tengan ganas de seguir contigo. Tu equipo es tu principal recurso y la más potente fuerza motora de tu negocio. Como dice Richard Branson, “Capacita a las personas lo suficientemente bien como para que puedan irse, y trátalas lo suficientemente bien como para que no quieran hacerlo”.
En momentos difíciles, tranquilidad. Si hay algo inquietante para un empleado es ver nerviosa a la persona que lidera la empresa.
Predica con el ejemplo. Si pides una mejor atención al cliente, empieza por ser tú quien lo demuestre. ¿Un nuevo software de gestión? Que se te vea aprendiendo cómo se usa.
Al final, dirigir personas es entender emociones y actuar en consecuencia. ¿Te contratarías a ti mismo? Si tienes dudas a la hora de contestar, deberías revisar tu estilo de liderazgo y de gestión. Una empresa en la que se ve a las personas motivadas y contentas es mucho más competitiva y flexible que otra compartimentada y absurdamente jerarquizada. Aunque se trate de tres o cuatro personas.
Y a ti como líder te corresponde llevar el barco con seguridad, con visión de futuro, y con toda la marinería como cómplices activos y cooperadores absolutamente necesarios para una buena travesía.
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AUTOR: Alberto Losada Gamst
IMAGEN: Amina Filkins en Pexels
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IDEA CLAVE
Tu equipo, con sus emociones y percepciones, el tu gran recurso. La fuerza de tu negocio. Tu factor clave para avanzar y distinguirte de la competencia.
Y, como todo grupo humano, necesita inspiración y ánimo. Justamente ese que tú sabrás dar.
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