Las 10 causas más frecuentes del fracaso de un negocio

El fracaso es un tema que la mayoría de nosotros preferiría evitar. Pero ignorar las señales de advertencia obvias (y sutiles) de los problemas empresariales es una forma segura de acabar en el lado equivocado de las estadísticas de supervivencia empresarial.

¿Cuál es la tasa de supervivencia de las nuevas empresas? Estadísticamente, aproximadamente el 66% de las nuevas empresas sobreviven dos años o más, el 50% sobreviven al menos cuatro años y sólo el 40% sobreviven seis años o más. Esto es lo que dice el estudio “Redefiniendo el éxito de las pequeñas empresas”, de la Administración de Pequeñas Empresas de Estados Unidos.

Aprende a evitar los errores más comunes en la planificación estratégica aquí.

Con esta información como telón de fondo, hemos elaborado una lista de las 10 causas más frecuentes por las que las empresas cierran sus puertas:

1. No entender tu mercado y tus clientes. A menudo preguntamos a nuestros clientes: “¿Dónde vas a jugar y cómo vas a ganar?”. En pocas palabras, es vital entender el espacio de mercado de la competencia y los hábitos de compra de sus clientes. Responder a las preguntas sobre quiénes son tus clientes y cuánto están dispuestos a gastar es un gran paso para dar lo mejor de ti.
2. Abrir un negocio en un sector que no es rentable. A veces, incluso las mejores ideas no pueden convertirse en un negocio de gran rentabilidad. Es importante elegir un sector en el que puedas lograr un crecimiento sostenido. Todos hemos aprendido la lección de las puntocom: para sobrevivir, hay que tener un flujo de caja positivo. Se necesita algo más que una buena idea y pasión para mantenerse en el negocio.
3. No entender y comunicar lo que se vende. Debe definir claramente su propuesta de valor. ¿Cuál es el valor que proporciono a mi cliente? Una vez que lo entienda, pregúntese si lo está comunicando de forma eficaz. ¿Su mercado conecta con lo que está diciendo?
4. Financiación inadecuada. Las empresas necesitan flujo de caja para salir a flote a través de los ciclos de ventas y el flujo y reflujo natural del negocio. El agotamiento de las cuentas bancarias es responsable de una buena parte del fracaso empresarial. El efectivo es el rey, y muchos descubren rápidamente que pedir dinero a los prestamistas puede ser difícil.
5. Actitudes reactivas. No anticiparse o reaccionar ante la competencia, la tecnología o los cambios del mercado puede llevar a una empresa a la zona de peligro. Mantenerse innovador y atento hará que su empresa siga siendo competitiva.
6. Dependencia excesiva de un solo cliente. Si tu mayor cliente se fuera por la puerta y no volviera nunca más, ¿estaría bien tu organización? Si la respuesta es no, podrías considerar la diversificación de tu base de clientes como un objetivo estratégico en tu plan estratégico.
7. No hay estrategia de clientes. Sé consciente de cómo influyen los clientes en tu negocio. ¿Estás en contacto con ellos? ¿Sabes lo que les gusta o no les gusta de ti? Entender a tu cliente íntegramente puede desempeñar un papel importante en el desarrollo de tu estrategia.
8. No saber cuándo decir “No”. Para prestar un buen servicio a tus clientes, tienes que centrarte en la calidad, la entrega, el seguimiento y el acompañamiento. Ir detrás de todo el negocio que pueda conseguir drena tu flujo de caja y de hecho reduce la rentabilidad general. A veces está bien decir que no a proyectos o negocios para poder centrarse en la calidad, no en la cantidad.
9. Mala gestión. La gestión de una empresa abarca una serie de actividades: planificar, organizar, controlar, dirigir y comunicar. La regla fundamental de la gestión de una pequeña empresa es saber exactamente a qué atenerse en todo momento. Un problema común al que se enfrentan las empresas de éxito es crecer más allá de los recursos o las capacidades de gestión.
10. No planificar. Como dice el refrán, no planificar es planificar el fracaso. Si no sabes a dónde vas, nunca llegarás. Disponer de una estrategia completa y procesable te permite crear compromiso, alineación y propiedad dentro de tu organización. Es una hoja de ruta clara que muestra dónde has estado, dónde estás y hacia dónde vas.

Dirigir una organización no es tarea fácil. Ser consciente de los fallos habituales en los negocios puede ayudarle a evitarlos de forma proactiva. Es un reto constante. Lo sabemos, pero también es una oportunidad continua para evitar convertirse en una de las estadísticas.

AUTORA

Erica Olsen. Es CEO y cofundadora de OnStrategy, empresa dedicada a la creación y ejecución de grandes estrategias orientadas a la misión para organizaciones de todo el mundo.

IMAGEN: Steve Buissinne en Pixabay