Paseaba por un barrio de Madrid y se me acerca un hombre de unos 50 años preguntándome si necesitaba yo algo como periódicos, revistas o cosas de papelería.
Pensé que muy bien, que qué forma proactiva de buscar clientes ya que no entran en su local. Le dije que no, gracias, y seguí andando.
Pero se me ocurrió que igual le vendría bien recibir algunas ideas para relanzar su negocio (una papelería), y volví. Se me acercó de nuevo y le dije esta vez que me gustaría hablar con él.
El diálogo fue algo así:
—Hola. ¿Es ese su local?
—Sí.
—¿Puedo ver su tienda? (me asomo a la puerta y la primera impresión es que estaba de obras. Estaba todo desordenadísimo y evidentemente el negocio iba muy mal).
—Verá. Un grupo de personas estamos creando una Comunidad en Internet para ayudar a los comercios y pequeñas empresas a avanzar con nuevas ideas. Es una página web en la que se ven técnicas y formas para…
—No me interesa.
—Es gratis. No hay ningún compromiso por su parte y se beneficiará de ideas de mejora de mucha otra gente que le servirían quizá para inspirarle alguna novedad y que su papelería se mantenga. Y lo haríamos con mucho gusto y sin costes para usted.
—No me interesa. No quiero ideas. Yo tengo mis ideas y ya está.
Y aquí acabó la conversación.
Confieso que tardé un par de minutos en recuperarme de lo rápidamente que se había cerrado en banda el comerciante. No. No. Adiós.
Evidentemente mi intención era, de haberlo querido el hombre, elaborar y presentar el caso de su papelería en declive a la Comunidad de ReThinkers. Así seguro que recibiría ideas y sugerencias para mejorar sus resultados. Desde cómo presentar el producto a posibles nuevas líneas de facturación aprovechando lo que ya hay.
Pero no.
YO TENGO MIS IDEAS Y YA ESTÁ
La frasecita se me quedó grabada. Ese bloqueo inmediato (porque ni se lo pensó) a cualquier cosa nueva que viene de fuera era llamativo. ¿Por qué ese rechazo?
Se me ocurren varias razones:
–desconfianza. Quizá le han engañado o intentado engañar varias veces y no se fía de nadie.
–ego. Yo me basto y me sobro para llevar mi negocio y mis cosas. ¿Qué me van a decir a mí otras personas?
–miedo a lo desconocido. En otras palabras, que prefería lo malo conocido a lo bueno por conocer.
–rechazo a todo lo nuevo. En realidad es una mezcla de las razones anteriores.
Por la razón que fuera, el comerciante me dejó claro que no quiere ni necesita ninguna ayuda externa para salir adelante en un negocio que tiene un futuro desastroso.
CUANDO LA MENTE SE ABRE EL FUTURO DEL NEGOCIO TAMBIÉN
Porque está claro que hay que evolucionar con los tiempos. Que insistir en recetas económicas que ya no funcionan es el camino seguro a la ruina. Que hay que pensar en cosas nuevas para adaptarnos a tantos cambios.
La moraleja de esta experiencia es sencilla: ¿en qué medida estamos dispuestos a aceptar que no lo estamos haciendo lo suficientemente bien, y que nuestra actividad profesional peligra?
Es lo que en el curso online de cómo Repensar el Negocio llamo “El Momento de la Verdad”. Es cuando te das cuenta de que vas al abismo, que la empresa va realmente mal y que no se trata de un mal bache coyuntural. Que es algo estructural que irá empeorando con el tiempo.
Abramos la mente a nuevas posibilidades. Hablemos con más personas. Informémonos. La llegada de Internet nos ha puesto facilísimo el acceso a todo tipo de información, a foros de ayuda, a ideas y técnicas de cualquier sitio del mundo.
Seamos un poco más curiosos.
Si el hombre de la papelería me hubiera dicho: “yo empecé con mis ideas y evidentemente ya no funcionan como antes. ¿Cómo dice que me pueden dar más ideas?”, ahora mismo estaría preparando el caso de su papelería para presentarlo a la Comunidad de ReThinkers.
Porque seguro que más de una buena inspiración le habría llegado.
Bastaba con conceder al menos el beneficio de la duda a una nueva fuente de ideas que pudieran llevarlo al futuro, en vez de irse muy probablemente a la quiebra.
Pero no.
Tenía sus ideas y ya está.
—
Nota: estamos preparando un nuevo curso online para ayudar a la innovación en las pequeñas empresas. ¿Te interesaría? Se llama “Creatividad para el Negocio“.
AUTOR: Alberto Losada Gamst.
IMAGEN: Pixabay
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IDEA CLAVE
Desaprovechar recursos para sacar adelante tu negocio me parece un gran error. Por no decir otra cosa. Sobre todo si son gratuitos y lo único que tienes que hacer es pararte un momento a prestar atención, entender las posibilidades de lo que tienes delante, valorarlas y tomar una decisión.
Sé que es más fácil cerrarse y decir que no.
Lo que también sé es que puede ser muy caro.
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