Un negocio o pequeña empresa es CASI como un ser vivo.
Nace, crece, alcanza su plenitud y finalmente muere.
Digo el casi porque estando vivo, un negocio no es un ser vivo que tiene que pasar a la fuerza por esas etapas.
A las que en su momento ya publicó Harvard Business Review añadiré dos: la primera y la última.
LAS SEIS ETAPAS EN EL CRECIMIENTO DE UN NEGOCIO O PEQUEÑA EMPRESA
0.Hola Mundo. Es el momento de nacimiento, cuando esa idea largamente pensada sale a la luz. Quien sepa algo de WordPress entenderá este nombre. Es el primero de los movimientos, la presentación al mundo. Da igual que sea un negocio exclusivamente presencial (como lo llaman en inglés, de “brick and mortar”, de ladrillo y cemento), totalmente virtual (una página web que vende productos o servicios), o algo mixto.
Ya están hechos todos esos planes de identificación del cliente y de sus necesidades, tu propuesta de valor, los recursos necesarios, … todo el plan de negocio.
1.Los primeros pasos (“Existence”). Llegan los primeros clientes y cobros. La caja empieza a moverse.
Además de marcar el comienzo del viaje de una empresa, también es la etapa en la que la empresa establece por primera vez un punto de apoyo en el mercado elegido. Los dos objetivos principales en esta etapa son atraer nuevos clientes y cumplir con sus pedidos. Sin embargo, dado que acabas de empezar, puede ser lógicamente difícil generar confianza y reconocimiento de marca, especialmente cuando tienes una fuerte competencia y un flujo de efectivo limitado.
Una de tus prioridades debería ser mantener bajos los costes generales y administrar tu flujo de caja con precisión. De esta manera, puedes administrar fácilmente tus operaciones comerciales y mantenerlas en funcionamiento sin el riesgo de quedarte sin fondos, una mentalidad que deberás llevar contigo durante toda tu carrera empresarial.
2.La Supervivencia. Una vez que hayas establecido adecuadamente tu negocio, el siguiente paso es mantenerlo vivo. Durante la etapa de supervivencia, tu atención debe centrarse en lograr la estabilidad del negocio y hacer que sus operaciones sean sostenibles, todo para que la empresa pueda alcanzar el punto de equilibrio y volverse rentable.
Sin embargo, es necesario comprender que el crecimiento de los ingresos en esta fase suele ocurrir a un ritmo modesto, aunque constante. Para asegurarte de que el flujo de caja no disminuya ni se detenga, querrás controlar continuamente y administrar tus finanzas de manera proactiva. Liderando de verdad a tu equipo con la acción y con el ejemplo.
Esta etapa también es un momento oportuno para diversificar la base de clientes. Ampliar tu público objetivo reducirá tu dependencia de una única fuente de ingresos y te dará la oportunidad de dar a conocer tu pequeña empresa a más consumidores.
Si no lo has hecho antes, también puede ser un buen momento para buscar alianzas y acuerdos estratégicos con otras empresas para ser más fuertes y competitivos.
3.El Éxito. En esta etapa las empresas se han establecido en el mercado y están generando ingresos constantes. Son rentables y su base de clientes sigue creciendo.
En la etapa de éxito, puedes decidir impulsar un mayor crecimiento (una opción de alto riesgo y alta recompensa), o puedes dejar que st negocio disfrute de una rentabilidad estable (una opción de bajo riesgo y menor recompensa). Un mayor crecimiento requiere invertir lo que tienes en la empresa, una medida que podría catapultar tu pequeña empresa a la estratosfera… o llevarla a la quiebra.
Por otro lado, disfrutar de una rentabilidad estable te permite alejarte de algunas de tus funciones como fundador para dedicarte a otras empresas, pero tu ausencia podría poner en peligro el éxito de su empresa. Dicho esto, siempre existe la opción de disfrutar de una rentabilidad estable sin dejar de estar muy involucrado en las operaciones diarias del negocio.
4.El Despegue. Las empresas están experimentando un rápido crecimiento y están expandiendo rápidamente sus operaciones.
Tomaste todas tus ganancias y recursos de la empresa y los volviste a invertir para intentar lograr un crecimiento mayor. ¡Y funcionó bien!
Tu pequeña empresa se encuentra ahora en la etapa de despegue, que ocurre cuando experimenta un rápido crecimiento en un corto período de tiempo. Esta etapa es a la vez divertida y aterradora, ya que el crecimiento masivo requiere enormes cantidades de efectivo para seguir pagando gastos generales (por ejemplo, empleados, alquiler, proveedores, etc.).
En esta etapa, resulta de vital importancia que comiences a desarrollar una plataforma de presentación y a conectarse con los inversionistas, porque si no comienzas a recaudar dinero rápidamente, estarás en el camino acelerado hacia la bancarrota.
Claro está, si es que quieres seguir creciendo. Porque una alternativa perfectamente válida es decidir que tu empresa ha llegado a su tamaño ideal y ahí se queda.
5. La Madurez. En este punto, tu empresa ya habrá alcanzado la libertad financiera. Después de establecer procesos optimizados y lograr una sólida posición en el mercado, todo lo que queda por hacer es mantener y optimizar sus operaciones. En esta etapa, aprovecha tu margen de maniobra para explorar posibles diversificaciones de productos y nuevas oportunidades comerciales.
Estas exploraciones son fundamentales para no perder el contacto con tu nicho inicial. Porque aquí, durante la etapa de madurez de los recursos, resulta fácil para los fundadores de pequeñas empresas implementar prácticas comerciales y políticas empresariales que obstaculizan la innovación, limitan la colaboración y deterioran la cultura. Por alguna razón, a medida que las pequeñas empresas se convierten en empresas medianas y grandes, muchos fundadores pierden de vista lo que los llevó allí en primer lugar y convierten sus queridas empresas en empresas regresivas condenadas al fracaso.
6.La Renovación. No es necesario pasar por la muerte para estar vivo. En realidad, esta etapa del crecimiento de una empresa o negocio solamente se daría cuando las circunstancias y la deficiente gestión la han llevado al borde de la bancarrota.
Pero no debería darse más que en ese caso extremo. Una empresa sana debería hacer ejercicios de renovación y puesta al día durante todas las etapas. Revisar sus mercados, sus clientes, las nuevas tecnologías que le pudieran afectar o que podría aprovechar, cambios en las leyes, en las modas, … Hay un montón de factores que hay que tener en cuenta cuando llevas el timón. Porque siempre hay curvas y cambios de tiempo.
AUTOR
Alberto Losada Gamst. Consultor de empresas especializado en su desarrollo a través de la creatividad e innovación, la comunicación entre sus personas y repensamiento de sus actividades.
Mentor para startups sobre todo de base tecnológica, ayudándolas a centrar eficazmente su modelo de negocio y de marketing.
IMAGEN: Arthon Meekodong
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IDEA CLAVE
Por algo se habla de “aventura” empresarial. Por que los es, con un trayecto que nos brindará todo tipo de experiencias.
Estar atento a los distintos momentos de ese viaje de crecimiento de nuestro negocio es lo que nos permitirá seguir viajando.
Siendo consciente de estos momentos en el viaje empresarial podrás aprovechar mejor sus oportunidades y reducir sus riesgos.
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